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Carlos Alvarez

Carlos Álvarez: poesía y resistencia

Una de las dedicatorias de Cantos y cuentos oscuros (1980) dice: «A las víctimas de la sociedad y otros valores eternos». Contra la monomanía posmoderna de la repulsa hacia los absolutos, Terry Eagleton afirma la existencia irrefutable de, al menos, una categoría absoluta, como es el que todos los seres humanos habitan un cuerpo que no puede ser poseído, puesto que aquellos nada han hecho para agenciárselo y nada —salvo el suicidio— pueden hacer para escaparse de él. De ahí que los cuerpos y su muerte son un absoluto gracias al cual la especie humana puede efectuar sus acciones (Después de la teoría, 2003). El Príncipe de Gales —el pendón Carlos de Mountbatten-Windsor— llama a este eminente crítico literario —que ostenta la cátedra John Rylands de Teoría Cultural en la Universidad de Manchester— «ese terrible Eagleton». A Su Alteza no le cae bien y es comprensible. Eagleton se dedica a divulgar a un Karl Marx muy ajustable a los tiempos que corren: un Marx postecnológico e ignífugo, patafísicamente futurista, mefistofélico, pletórico y proteico, del que cita frases como ésta: «Deseo una sociedad en la que el completo desarrollo de cada uno sea la condición del completo desarrollo de todos». La gestión de nuestra plenitud —en inglés UK, fulfilment; en inglés USA, fulfillment—, apostilla Eagleton, «con todos en vez de contra todos» —entrevista a Terry Eagleton por Deborah Solomon, The New York Times, 22 de abril de 2007—. Solidaridad y esperanza pregonaba desde antiguo Carlos Álvarez en línea con el absoluto humano:

 

Con el pecho cubierto por el musgo,
sumergido en el frío que me avanza,
un presagio de espumas y de brisa
me adormece el rencor en la garganta.
Seguiré donde estoy: como un relieve
sin cultivar del muro que adelanta
sus manos hasta otras manos… ¡Que me crezca
en el hombro el dolor de una pisada!

«Colocar un peldaño es lo importante», Tiempo de siega, 1970

 

Otro dislate posmoderno: la desaparición de la clase trabajadora —primero fue como sujeto de la historia; luego como sujeto en sí—. De ello habla Terry Eagleton: «La tesis de la desaparición de la clase trabajadora tampoco puede soportar un escrutinio minucioso. Es verdad que en las sociedades capitalistas avanzadas el proletariado ha disminuido en tamaño y significación; pero el proletariado, en el sentido de los trabajadores manuales asalariados, no es lo mismo que la clase trabajadora. […] En términos generales, proletariado denota un tipo de trabajo, mientras que clase trabajadora denota una posición dentro de las relaciones sociales de producción. Esta confusión ha surgido, en parte, porque en época de Marx la clase trabajadora era más o menos idéntica al proletariado industrial. En cualquier caso, el proletariado, en un sentido estrictamente técnico, ha crecido globalmente en términos absolutos. Puede argumentarse que en términos relativos ha declinado en relación con otras clases; pero nunca ha existido el requisito de que la clase trabajadora sea la mayoría para calificarla como agente revolucionario. Tampoco hay ningún requisito que indique que la clase trabajadora deba ser la más empobrecida y desgraciada. […] Al igual que otras fuerzas radicales, la clase trabajadora está a la vez en la raíz y en las fuentes mismas del sistema, y aun así es incapaz de ser totalmente incluida en él; es parte de su lógica y también parte de la subversión del sistema y, por lo tanto, en un sentido exacto del término, es una fuerza deconstructiva. […] Como tal, es aquello que representa la contradicción, la cual, como los límites de un campo, estando a la vez afuera y adentro —ex tiempo, como dice Lacan—, manifiesta algo de la lógica dual o contradictoria del sistema como un todo. Si en algún sentido es un totalizador de ese sistema, lo es porque representa las contradicciones del régimen como un todo, y de este modo escapa a cualquier totalización armoniosa» («¿Un futuro para el socialismo?», en Atilio Boron, Javier Amadeo y Sabrina González —compiladores—: La teoría marxista hoy. Problemas y perspectivas. Clacso, Buenos Aires, 2006. Accesible en Red de Bibliotecas Virtuales de Ciencias Sociales de América Latina y el Caribe de CLACSO. bibliotecavirtual.clacso.org).

 

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