«Viajar a solas», Alejandro Pérez Guillén

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Alejandro Pérez Guillén

Poemario inédito Sol de invierno contra la borrasca.

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VIAJAR A SOLAS

No me hace falta
París para encender
los fuegos que me habitan.
Quizás una casa en un pueblo
pequeño y un beso de sol
en tu sonrisa.
Un corazón limpio no oculta
sus propias vergüenzas sobre la alfombra.
Necesita un espejo
donde pueda ver el cómplice gesto
de una caricia, las amables ramas
de un abrazo y una raíz enroscada
a la serpiente de tus curvas.

No sigas deshojando el calendario.
Ya no me quedan pétalos
entre los dedos.
Si sigues con las margaritas,
me arrancarás la piel en cada duda.

Viajar a solas es montarse
en un tren que quizás me lleve
al paraíso que siempre he soñado.

Quizás supere el reto de estar solo.
Aunque albergué la pequeña esperanza
de empezar a enseñarte
mi mundo y el mundo al mismo tiempo,
la ilusión de llevarme
tu corazón en la mochila.

HOJAS

Para olvidarte es necesario
desprenderme del cuerpo
del que soy sombra.
Comprender que la sonrisa no es más
que el tiempo que tarda una hoja en caer
del árbol a la tierra.
Una danza de alas precipitadas
bajo el murmullo tierno de una lágrima.
Y unas pupilas que interrogan:
¿Regresarás mañana?

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4 respuestas

  1. Enhorabuena, Alejandro, por este genial quiebro en tu quehacer poético. Aunque sea con la voz de la nostalgia, tus versos están llenos de luz clara y aire limpio. Eres, sí, un poeta auténtico. Un abrazo desde Nador.

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